Según el extremismo ultra, la constitución es un peligro para España

El sábado 9 de septiembre «La Nueva España» de Oviedo publicaba este artículo, firmado por Pedro Insua, cuyo título es llamativo: «El Estado autonómico como sarna constitucional». Si ustedes quieren conocer de primera mano cuáles son las líneas de pensamiento del nacionalismo español extremista, les ruego que lean este artículo, porque es un buen exponente. Ahí están expresadas esas ideas de manera directa y brutal, sin rodeos.

No obstante, me permito extraer muy sucintamente las ideas clave del artículo:

1. España es un Mazacote Uniforme puesto ahí por las esencias de la Historia no se sabe por qué medios.

2. La anti-España inventa diferencias (lenguas, toponimia, etc.) con el único y perverso objetivo de disgregar y destruir el Mazacote Uniforme que es España.

3. La actual Constitución es un elemento antiespañol, ya que consagra un Estado de las Autonomías que es una «sarna». «Autonomía», según el autor del artículo, «es una noción ideológica, disolvente», que lleva a la «desconexión». La Constitución no ha hecho otra cosa que «componer el Estado con la sedición» gracias al «sumidero autonómico». Más: «El Estado alberga en su seno a los sediciosos»; «El problema está en ese espíritu constitucional», que es una «sarna de resentimientos lugareños» [Unamuno] que lleva a la disolución.

Resumiendo: la Constitución es un peligro para España. ¡Y presumen de «constitucionalistas» los que opinan así! Y si la Constitución es así de dañina, ¿qué propone el articulista? No lo sabemos, pero este tipo de ideología apunta en dos direcciones conocidas: (a) hacia atrás, al uniformismo fascista de la Falange y del franquismo; (b) hacia adelante, al uniformismo que propone Vox y sus satélites ideológicos, como la fundación Defensa de la Nación Española (Denaes) y la fundación Gustavo Bueno.

A mi parecer, este pensamiento está construido sobre una obsesión, una especie de ensoñación ofuscada, que consiste en imaginar que España es parida por la Historia como una realidad uniforma y unitaria (el Mazacote que mencioné antes). Para los adeptos a este pensamiento, España es un Estado excepcional en el mundo, porque no se conforma como una unión de partes diversas, ni es concebible que en algunos casos en esa unión haya intervenido la fuerza y la imposición autoritaria. Tampoco conciben que algunas de estas partes no se haya dejado «encajar» a gusto en el proyecto uniformista.

Y bien: este tipo de pensamiento es muy conocido, no tiene nada de nuevo. Abundaba en otras épocas; desde luego, esa ideología era consustancial al Estado dictatorial franquista, por ejemplo. Lo novedoso es el reverdecer de este tipo de peligrosas fantasías. ¿Y qué partido político concuerda con este pensamiento en la España actual? Vox concuerda perfectamente con este pensamiento: defiende la abolición del Estado de las Autonomías (y por tanto, está en contra de la Constitución); en su web exhibe un mapa de España cuya única división administrativa es la provincia, sin siquiera mostrar las «regiones históricas» que aparecían en aquellos libros de texto del franquismo a título de cosa pintoresca.

Los que sustentan este arcaico pensamiento preconstitucional advierten de un supuesto desastre que se avecina, pero callan sobre las consecuencias reales que ha tenido la aplicación de su pensamiento: guerras civiles, represión, dictadura, prohibición y exterminio de las diferencias, sangre, cárcel, abolición de las libertades y demás lindezas. Una política basada en ese pensamiento autoritario lleva directamente al enfrentamiento civil y al entierro de la democracia.

Desde luego, defender la nación española es algo muy legítimo que hacen muchísimos ciudadanos sin necesidad de apelar al brutal concepto que de ella promueven Vox y sus adláteres. Un proyecto de nación española de base cívica, tolerante, abierta, liberal, ilustrada, respetuosa con la voluntad de sus componentes; todo lo contrario de un proyecto de nación española de base esencialista, uniformista, intolerante, autoritaria y exterminadora de la voluntad de sus ciudadanos.

Dios nos libre, de una santa vez, de ese concepto de España.

Publicado por Ramón d'Andrés

Ciudadano de Oviedo (Asturias). Profesor de Humanidades. Ciudadanu d'Uviéu (Asturies). Profesor d'Humanidaes.

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